Un amigo se estaba burlando del mantra budista, "Om mani padme hum". "No pensarás que esa tontería funciona de verdad, ¿o sí?".
Pues, claro que funciona, pero también lo haría "Coca-Cola" o "las croquetas de La Cocinera". El secreto de un mantra no está en lo que dices, sino en cuánto tiempo lo estás diciendo.
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