miércoles, 2 de mayo de 2012

MI CABEZA Y MIS PIES

En una sinagoga me pidieron que cubriera mi cabeza, en una iglesia que me la descubriera, y en un templo que me descalzara. ¿De verdad está Dios tan interesado en mi cabeza y mis pies? ¿No suena más a alguien que debería salir más amenudo?

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